sábado, 28 de diciembre de 2013

TROPEZONES DE INOCENTES

                                                                                                                                         (B.S.O.)


en elevaciónLos cielos se reproducen por turbulencias y los infiernos por complacencias.
Este comienzo no hay quien lo empeore en pocas lineas, aun así, haremos lo  que podamos.
Lo mejor que le puede pasar a una enfermedad es ser curada, en franca competencia con atribuirle un origen divino; pues inevitablemente aparecerá una cepa mutada que resistirá en adelante el tratamiento prescrito en el primer caso y en el segundo, dado que el dios del mundo es el dinero, la enfermedad es un castigo que no nos incumbe mucho como paisaje.
La enfermedad aquí tratada es un insulto que no podremos mantener mucho más en cuarentena.
Mostremos sus facciones amables o su rostro monstruoso, es una y la misma.



INGREDIENTES
- Un ser que pueda vivir como león y gusano sucesívamente sin merma en su orgullo.
- Una mala noticia: has perdido la guerra.
- Una buena noticia: la guerra ha terminado.



Vamos allá.



"Sólo dejaré salir a las mujeres a pie con lo que puedan cargar, respetando sus vidas y escoltando su huida hasta el puerto más cercano", dijo el emperador Conrado III encolerizado por la resistencia de los güelfos sitiados poco antes de borrar del mapa a sangre, espada y fuego su otrora próspera ciudad.

Al cabo del plazo acordado, salieron las mujeres cargadas con sus hombres y niños, y cuentan que hubo hasta las que cargaron con animales de granja.

Parécennos maravillas estas gestas de valor, ingenio y sabe dios cuantas virtudes más, pero apenas hacemos caso del decorado, la guerra, sitio y destrucción donde se desarrollan, sin reparar en el absurdo de la guerra fuere cual fuere la ganancia.

Tan fortuito como nefasto o ancho ver vidas y solo vidas en cada hombre, mujer, niño o animal, una visión sorprendente sobre los mismos hechos.


Los niños en Bolivia protestan y se levantan contra el gobierno que proyecta prohibir el trabajo infantil; no es antiguo, es actual. No se puede eliminar un servicio social a cambio de nada, es política de tierra quemada.

Los habitantes de Purna en el Pacífico Sur hicieron desaparecer en el mar su isla a pico y pala antes de verse obligados a abandonarla a causa de la vastedad de sus propios cementerios, para que nadie pudiera profanar sus templos, hogares y tumbas.
Hacer sitio a la muerte es una embriaguez, nos saca del universo, nos saca toda pequeñez y soledad obsesiva.

Unos generales octogenarios crearon la guerra humanitaria tras asistir a una conferencia del Banco Mundial de Alimentos mientras jugaban al oxímoron en una sobremesa memorable regada de espiritosos en la que también se gestaron la Banca Ética, el Suicidio Diferido y la Fe del Ateo.

La Forza del destino se compuso cuando por honor moría hasta el apuntador y el corazón se nos alegraba si nuestras víctimas sobrevivían pues así podíamos cometer el crimen otra vez.

¿Cúal hubiera sido la historia sin holocaustos?

Corría el año 2045, el número anual de muertos de hambre iba cumpliendo objetivos del milenio y ya solo sumaban unos 5.000.000, el total de afectados colaterales incurables escasamente llegaba a 25.000.000 por año, y los que se hallaban al borde mismo de la subalimentación apenas alcanzaban los 600.000.000 en total, el número de simpatizantes había descendido ostensiblemente a los 800.000.000 a lo largo y ancho del planeta.
Nunca antes habían estado mejor las cosas.

A veces un estómago se llena de ausencia y una sola madre le basta, el alimento, son aves que nunca podrán volver a la bandada.

Decidiose en la I Asamblea Mundial de Desnutridos realizar un acto de protesta inédito a modo de manifiesto; al cabo de un año, al comenzar la última hora, todos al unísono darían un brinco allá donde estuvieren sin dejar de hacer lo que hicieren.

En pocas semanas el Instituto Superior de Físicos, Justos y Sencillos anunció que tal propuesta causaría una desviación de 0,0002793934º en la órbita terrestre de terribles e impredecibles consecuencias tanto dentro como fuera del planeta, así como su adhesión a la protesta.

El día señalado llegó, los gobiernos todos de la tierra en pleno ya habían conseguido redactar un borrador de una ley de plazos, fueron las últimas tablas de Moisés de la humanidad.

Ha costado, pero al final hemos conseguido tener un día de los Santos Culpables.













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