miércoles, 29 de enero de 2014

SITIOS PARA CENAR CON GUARDERÍA PARA NIÑOS MUERTOS

Acudir a cualquier sitio bien acompañado convierte el lugar al que se vaya en una fuente feraz, en un inspirador vergel; la dificultad de ir bien acompañado consiste en el amplio número de posibilidades posibles, desde ir prácticamente solo a hacerte acompañar de una virgen de la que andas enamorado. En cambio, ir en mala compañía, como con el sueño de una mujer cubriendo como primera piel a la mujer de verdad que te acompaña, es como llegar a una fuente canalizada cuya utilidad se manifiesta lejos de allí cuando alguien abre el grifo agradecido en su lejano hogar.

Cuando era un chiquillo fui testigo de un infanticidio; el lugar donde se cometió es hoy un restaurante.
A nadie conté lo que vi por que temía ser expulsado de la calle habiendo perdido ya mi hogar.
Ayer, cuatro décadas después, fui a cenar bien acompañado a aquel lugar con el enojoso olor a sangre seca pegado aun al paladar.

Hay ocasiones para el romance absoluto, yo he tenido cuatro cuyo denominador común es la metanoia; la primera cuando me quedé a vivir en el niño muerto que mencioné, la segunda cuando concebí a Dios como una víspera, la tercera cuando conocí mujer por primera vez y la cuarta es la cena y espíritu de la velada de ayer.
Las tres primeras desviaron el rumbo de una vida que carecía de rumbo, fijando el timón en dirección a las tierras de las que se huye por instinto. La última, como una flecha que rasgase la oscuridad, ha destapado los viejos misterios que se cubrían de recuerdos y a su rebufo salgo a la luz del día atravesando las nubes tras las que me dijeron que estaba la verdad. Aunque aun es pronto para juzgarlo.

Como mi compañero de cena seguramente pocas personas hayan penetrado tan profundamente en las materias que ha tratado.


INGREDIENTES
- Herem, del hebreo, separación.
- Vivir y obrar bajo las reglas de la razón.
- No escatimar vigilias.



Vamos allá.


Hace tiempo este lugar fue un santuario inexpugnable cerrado a cal y canto con llave que se perdió en la maraña de los tiempos.
No hace mucho, una especie de rey Arturo, en vez de la espada Excalibur, sacó de la roca la llave que lo abría. Los que esperaban hallar insuperables obras de arte e incunables fuera de orden quedaron defraudados, su interior era la mar de sencillo. Unos pocos candelabros de madera negra, una mater dolorossa de poco primor y una pila bautismal que más parecía un abrevadero que un
recipiente de agua de perdón.
Ni un fresco digno, ni una columna trabajada, ni una ingeniosa cúpula disimulada; más que algo hecho por el Hombre, parecía el interior de una cueva escarbada por las olas.
Dado su escaso valor monetario y artístico, pronto fue remodelado y dedicado a su actual uso, restaurante en el que si eres menesteroso puedes dejar en prenda de pago el fatigoso fardo de falsas ideas de que el espíritu se colma antes de hacerse capaz de juzgar las cosas por sí mismo.
Nos comentó el maitrê que aun nadie había aceptado esta modalidad de pago, y que se mostraban todos tan orgullosos de las falsas máximas que portaban, fuentes de superstición y amarguras, que antes preferían fregar letrinas a mano que hacerse dueños de sus pasiones.
Aunque mi compañero gozaba de fortuna suficiente para pagar las cenas que nos restasen hasta el día de nuestra muerte, resolvimos dejar en prenda aquello que en cualquier otro momento hubiéramos juzgado inseparable de nuestras personas. Pues si creer que sabes no sabiendo es darse el timo a sí mismo, quisimos saber al punto cuanto en verdad sabíamos.

Resuelto este escollo inesperado, nos dispusimos a cenar tranquilos.

Tengo pruebas innumerables de la belleza y penetración del espíritu de mi acompañante, pero he de confesar que no supe de su fuerza hasta que me contaron como la vida le desolló hasta dejarle en carne viva.
Cuenta con gusto que tuvo la suerte de ser expulsado de su patria. ya que, sintiendo que debía abandonarla, no terminaba de decidirse y con respecto al siempre doloroso adiós a sus padres, abstrayéndose en el silencio unos minutos, dice que no fue para tanto.

Se daba un aire tuareg, estaba claro que su color era el azul, heredado no tanto de su padre como de toda una noble estirpe salida del murmullo del desierto, de cartaginés derrotado y hecho nómada antes que esclavo; de su madre portaba dos coronas por ojos y una manera lejana y penetrante de mirar, como si cualquier cosa ante él fuere un horizonte.

-Hace falta un espíritu sosegado para fundar una religión racional, amigo mío, que ajuste el valor verdadero de la identificación en el prójimo, a sabiendas de que el dolor no es menos rudo cuando nos es común a otras personas y que por el hecho mismo de ser común no debe ser incluido en el número de los consuelos.-

Nunca comía delante de nadie, luego el privilegio que se me concedía acompañándolo era del todo inmerecido pensare lo que pensare de mí.

-En la mayor adversidad se ha de mantener el espíritu en alto, como a quien el desgarro y su dolor no forzaran a hacer nada que no habría hecho por sí mismo, y con alegría adentrarse en el camino que la desgracia abra, que por mucha injusticia que se te hiciere, puedas jactarte de que nada se te puede reprochar.-

No entendí bien lo que trataba de decirme, yo solo quería ser feliz, tener otra oportunidad aun a precio de matar la luna llena. O de morir en el intento de matarla.

-Si la riqueza no te tienta, ni temes las engorrosas consecuencias de la pobreza, no lisonjearás a la primera ni murmurarás contra ella.-

La naturaleza compensa a todos los seres su debilidad con un talento que las más de las veces pasa desapercibido para el individuo en que recae, así, mi amigo ignoraba que su alma es de las mejor provistas de todo lo que hace grandes a los grandes.

-Al no haber gozado de padres has aprendido a sufrir desde tu más tierna infancia, por tanto, nunca hombre alguno ha dominado esta ciencia mejor que tú. No busques consuelo sino en ti mismo y si sensible a algún dolor, selo al del prójimo.-

 Parecía llevar toda la vida, desde sus primeros pasos, caminando con los zapatos que otros despreciaban por viejos y cediendo los que le tocaba estrenar a los descalzos que iba encontrando.

-No creo en un Dios que se acomoda a la grosería. Encuentro que las leyes que nos inspiran al amor al prójimo coinciden propiamente con lo que la razón nos dicta.
No me asombra que el mundo esté lleno de opiniones vanas y ridículas, pues nada las pone en circulación como la ignorancia, que es la productora de la credulidad y esta de la mentira, de donde salen todos los errores que hoy nos rodean.-

Su perfecta tranquilidad de espíritu y verdadero amor solo podían ser consecuencias, a mi entender, de haberse adueñado de sí mismo mientras yo aun estaba a los postres embobado.

Los pasos a dar para liberarse son figuras retóricas, metáforas de caminante que descansa al fin ante una hoguera rodeado de viejos cuentos al refresco inagotable de no acudir nunca a la venganza. Y de una lamparilla prendida toda la noche para el chiquillo que tenía miedo, que por haber nacido tan cerca de la lejanía en vez de alas tenía patitas.



martes, 28 de enero de 2014

SESOS REBOZADOS EN CHIPIONA

(...) tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo.

Era sencillo, pese a las dificultades que había imaginado, montar en el viento, marchar lo más lejos posible sin salir de la lengua materna con cinco euros en el bolsillo y volver con ellos habiendo comido lo mío y lo del amado viento y con un calendario de este año en el zurrón.
Era sencillo  al fin y al cabo estimular vuestro bien ya que en nada está separado del mío.

Calladito hasta que despierte del fondo eterno lo que se tiene que decir.

Un amigo mío descubrió hace nada, a sus 50 largos años, que tenía un solo riñón de nacimiento; si me sucediese a mí, estoy seguro que en adelante no podría más que tenerlo en cuenta a la hora de comer, beber, dormir, etc. Salvando las distancias, estoy en su caso, salvo que donde él tiene uno yo tengo dos y lo que a él le sucede en el abdomen, a mi me pasa en la cabeza. Tengo dos cerebros, luego me permito hablar de lo que le sucede a un alma huésped y compañera de un cuerpo bicerebrado con sus correspondientes mentes.



INGREDIENTES
- Un cero dando vueltas por el examen cuántico.
- Dos mil años saliendo del error.
- 70 por 7.



Vamos allá.


Risa.
Alegría.

Intento trazar las lineas maestras pero solo consigo el accompagnato, me comporto por exceso como el hombre que en el momento más álgido y emocionante de un discurso funerario no pudiese evitar un estornudo y por defecto como el hombre enterrado con zapatos rojos y birrete en mitad de una fiesta de disfraces. Un talento llevado al extremo es insultante para los demás hombres, que le retribuyen con su justo precio, ejemplos hay mil, desde el monte Calvario a una fosa comunitaria en Viena.
Son grandes conversadoras la Alegría y la Tristeza, la última volcada sobre lo poco que se ve y se oye y la primera desbordada por todo lo que ni se ve ni se oye. Están comprometidas, cada una ha rubricado en el libro de firmas de la otra.

Un corazón blindado con tamaño amor como el que se profesan es difícil de abatir.
Para un corazón así ir de compras es ir a por el pan, pues acudir a las catedrales 2.0, los centros comerciales, sería ir a cambiar el tiempo que se le esquilma por cosas. No entregares así la alegría, es más, por cada minuto que se te deba dedica otro a la plenitud.

Mejor que se te desmorone en cascotes la casa encima que ver y oír a distancia como se hunden el palacio de Versalles o las Torres Gemelas. La alegría es una caída libre, caída al fin y al cabo aunque sea libre. Otro cantar es llegar a esa libertad, si así queremos llamar a la gravedad, por pura distracción o por ir mirando a la hermosa luna.
La Alegría es algo vivo, luego nos habla de la vida, pero, siendo prima hermana del espíritu, también nos habla del arte de vivir.
Como aguas mansas y lisas, la inteligencia no es capaz de llorar, sabe reír y  quedar indiferente, mas como necesitamos el equilibrio de las esferas para ser felices, diferimos a la emoción el llanto, podía haber sido al revés, poco importa.
Deber de no es la perífrasis adecuada a no ser que amar, agradecer, reír y todas las demás cosas que nos hacen inmortales entren de lleno en la categoría de respirar, comer, dormir, etc. Como dijo el visitante del pueblo a las faldas de un volcán extinguido: "¡Tenían un volcán y lo han dejado apagarse!"
En física se denominan armónicas del sonido fundamental a las notas menores que se producen por sí mismas al dar una nota en un instrumento, cuya ligazón y suma confieren su timbre particular a esa nota.
La Alegría tiene toda la pinta de obedecer a una ley análoga, como el payaso encerrado en una caja y sujeto a un resorte que le hace salir despedido cada vez que la abrimos o la bola de nieve que aumenta de tamaño a cada giro cuesta abajo o las fichas de dominó erguidas que se comunican la caída si tiramos la primera.

Los que me alimentan no tienen ni idea de que lo hacen.
He recaído en el síndrome del naufrago, aunque bien verdad es que cuanto más doy menos sitio me queda en la despensa.

Una de mis vocaciones es dormir solo, otra es dormir acompañado.
Una de mis artes es entrar por la piel en cualquiera, otra es ser isla para mi mismo.
Una de mis fuerzas es recordar porque me levanto cada mañana, otra es agradecer a la autora de mis noches.
Una de mis palabras es Alfa, otra es Omega.
Uno de mis silencios calla, otro habla.

Ni un biolín es un violín ni Dios es dios, como Rosa no es una rosa.
Hace unos años me invitaron a presenciar el fusilamiento de unos criminales, sucediendo que ciertos asuntos ineludibles me retuvieron hasta hacer que llegase al acto un rato después de que el pelotón hubiese descargado su fuego sobre los reos, así que no tuve por menos que pedir si podían empezar de nuevo para no perderme tan extraña oportunidad como se me había brindado con tal irrepetible invitación.
Empiezo a saber del destino de cada viento y la diferencia entre lo de fuera y lo de dentro; en número lo ve cualquiera, lo de fuera innúmero y lo de dentro infinito.
En esencia mi fiel y querido perro Odín no sabe como he construido el mundo que le rodea, aunque ha sido capaz de aprender rudimentos de mi lengua, tales como "toma", "sit", "no", "a la calle", "salchicha" y alguno más, presumo que la diferencia entre tan noble animal y yo solo es de grado.

Soy capaz de asomarme por algunos ventanales a la realidad, pero en último término desconozco por completo el palacio por el que voy dando tumbos como un muchacho ciego, y estoy seguro de que cada pasillo, rincón y columna del palacio se siente tan extrañado del necesario yo ambulante como yo de ellos.







viernes, 24 de enero de 2014

CHOCOLATE DEL MONO

Hace tiempo me explicaron la ley del Kharma como el movimiento de las mareas que si sube en un lugar, a la fuerza baja en otro. No es necesaria fe en cosmogonía oriental alguna, puede leerse como mito. No se trata tanto de una salvación in extremis al alcance de cualquier malvado como de no dejar pasar la ocasión de trabajar bien al menos una vez en la vida.
Nadie se preguntará quien es el compañero de al lado.
La energía en el universo es finita y contable, no dejes pasar la oportunidad de fugarte si eres preso.
Estoy convencido de que los medios justifican el fin, que unos medios difíciles, dilemáticos y éticamente dudosos legitiman un fin aun desconocido.


INGREDIENTES
- Hacer creer al presente que le perteneces.
- No malgastar ni una sola idea.
- Distinguir entre locos y sabios.



Vamos allá.


Escapé de casa según recoge mi ficha policial, pero a decir de mi corazón, me escapé de prisión.
Mis padres ya no podían hacerlo ni ayudarme, pues habían enloquecido con el sustento cubierto.
Cuando era pequeño todavía recordaban como era su vida antes de caer en manos de los sagaces salvajes que nos arrojaban las cosas que creían que nos gustaban. Malditos cacahuetes, si hubiesen tirado una soga de alguna de las más de una manera posibles hubiera escapado. Siempre me han gustado las sogas.

Soñaba con la vida que me contaban, peleaba y procreaba en sueños porque me lo pedían los músculos. Qué libertad me embargaba siguiendo las obligaciones de la ley natural. Participaba en batallas campales y aun me quedaba tiempo para entretenerme de árbol en árbol con algún fruto misterioso de difícil apertura.


Nací en cautiverio para alborozo de cuidadores, periodistas y los perversos polimorfos que venían a verme, luego los golpes ya no me doblegan, pero ¡ay! con los golpes que propinan a mis hermanas y hermanos.

Durante años practiqué en secreto el andar erguido para cuando llegase el momento y el momento llegó.
No me movía el afán de venganza, pero no dudaría en enviar a algunos que otros adonde se pide el perdón básico a no ser que se apartasen de mi camino para siempre.

De un manotazo puedo tirar a 5 hombres al suelo, era difícil que me cruzase nunca con una de mi especie ahí fuera y mi pensamiento no estaba castrado ni tenía deudas.

Hacía unos meses que un carcelero dejó olvidada en su cerradura la llave de la puerta trasera de las celdas de castigo mientras limpiaba con la negligencia habitual. Algo me empujó a cogerla y guardármela.

Durante unos días mis compañeros y mayores sospecharon que estaba bebiendo alcohol a escondidas por lo taciturno y esquivo de mi comportamiento. Al fin propuse a todos mis colegas una acción conjunta que terminase con nuestros huesos en las celdas de aislamiento donde les contaría un secreto, no solo ninguno mostró algún vago interés, se burlaron y me apartaron de sus juegos con violencia a veces.

Una vez hecho lo más difícil, aceptar que estaba solo en la empresa, pergeñé un plan. Tenía que atacar a un ser humano, mejor si era cría, de los que nos observan y citan con sus risas, gritos y golosinas. Si alcanzase a rozar siquiera a uno de ellos todos entrarían en pánico y los guardianes me encerrarían. Entrené duro y lo hice, escogí a una niña pelirroja y con todas las fuerzas llevada a mis piernas salté dos metros más que nadie antes, anduve tan sobrado que llegué hasta su frente. Preguntadle a ella, seguro que nunca ha olvidado mi beso.

Solo cometí un error, pensé que mi plan no era perfecto y perdí un tiempo precioso antes de ponerlo en marcha, así que, pudiendo haber escapado en diciembre, escapé en febrero; imaginad los diferente de vuestra vida de haber nacido dos meses antes o depués, o lo que cambiaría si durmieseis dos largos meses de seguido.

Desayuné como una nutria aquel domingo y comí como un león, pero a la cena, ya en la celda aislada, aunque me dieron rancho no probé bocado.
En aquella cárcel no había rondas ni vigilancia nocturnas más allá de las propias del parque que nos circundaba, así que podría afeitarme con delicadeza rostro, cuello y manos.

Ya no soportaba más las llagas que la llave me producía en el ano. La introduje en el ojo de la cerradura y a cada uno de sus cuatro giros más me excité, aunque el primero ya fuese insuperable; la bisagra sonó como truenos en el silencio de una noche aldeana.

Una vez en la sala de guardias, lo primero era masturbarme para bajar el ritmo cardiaco y después de afeitarme, conseguir ropa.
A esas horas previas al alba sabía que empezaban los trajines humanos, llevaba escuchando la tira de años sus toses, risas y canturreos. No tardé en encontrar la caseta en que se cambiaban pese al tumulto y desasosiego de verme fuera.
Ya clareaba cuando por la Puerta de América de aquel parque salió un hombre nuevo. Tan libre que él mismo cobraría la recompensa por su cabeza.
Para mi desgracia esa puerta da a un barrio con una legendaria por numerosa población de imbéciles animales domésticos que ladraban como locos a mi paso.
De un puntapié derrengué a uno de ellos ante la atónita mirada de su dueña y callaron todos; me centré en buscar un buen escondite entre las azoteas desde el que estudiar con fruición y tranquilidad los usos de los humanos, sus símbolos y jerarquías, pues sus lenguajes oral y corporal ya me los tenía bien sabidos.
Era difícil aventurar si había riego de agresión al tratar con ellos, pues enmascaraban su olor con una capa de fétidos mejunjes, pero aun así eran bastante previsibles; si no hubiera estado preso de ellos y sometido a su escarnio, pensaría que viven en paz consigo mismos.

Recuerdo que desde mi  celda escuchaba los interminables ruidos nocturnos como suaves olas invitando al baño, mas sumido en su mundo los escuché como mares que se retiran dejando a la vista continentes de tristeza.

Han pasado varios años, he ganado dinero a espuertas dando talleres de autoestima. Por fin estuve en situación de financiar la construcción de un zoológico en la Casa de Campo y cederlo gratuitamente al ayuntamiento, así como su mantenimiento durante 30 años.
La intención tras ese mal negocio no era otra que liberar a mis padres aprovechando la confusión del traslado y a quien quisiera acompañarlos.

Llegado el momento me parecieron unas bestias inmundas y aborté el plan aunque mantuve los sobornos.

Más que sin raíces, mi raigambre es de mala hierba.






martes, 21 de enero de 2014

BOCATA DE TODA LA VIDA

Nunca sabremos quien mengua, el golpeado o el agresor.
Nuestra simpatía no es de fiar, pues según sus humores se inclina de un lado u otro.
¿Qué es más penoso, ver siempre el mismo paisaje desde la ventana o ver tanta cosa desde la misma ventana?

Hoy tengo tristeza de tiempo, podría entonar una oración conformista o chupar como a una gamba la cabeza a Dios.
Estoy en un rincón del cuadrilátero empleado solo en la guardia, por un momento creo que si alguien recibió vez alguna más golpes, no fueron tan duros, pero al momento siguiente pienso que nadie antes recibió más golpes si es que encajó golpes más duros.

Lo duro es lo primero que dice el mundo; lo anterior, la madre, qué duda cabe, no es de este mundo.
Es más difícil pensar el mundo que el tiempo en la madre, pues si bien todo lo que diga de esta es incontestable, siempre queda la duda de si no serán recuerdos inventados, por ejemplo: Durante 266 días sostuve en mi puñito todo el amor del mundo quieto. Innegable.
Sin embargo, aquello que diga del mundo porta un sesgo cultural insalvable, por ejemplo: Las calles siempre cuesta arriba de la vida. Discutible además de lisonjero, pues ensalza sutilmente a todos los vivos al tiempo que los sitúa sin remisión en el escenario del esfuerzo.


INGREDIENTES
- Una rebanada de pan.
- Otra rebanada.
- Imaginación para no-comer lo mismo dos días seguidos.


Vamos allá.


El miedo es como el agua filtrada en los muros, un minucioso examen no la detecta, pero termina saliendo por el lugar más inesperado.
Con facilidad, como hecho para ello, me identifico presto con lo vulnerable y de piel fina, con lo huidizo, temeroso, inseguro y quebradizo, pero solo es un ardid del orgullo.

Ciertas representaciones del amor que uno se va encontrando por ahí serían más que merecedoras de una firme acusación de maltrato.
Conociendo a un ser humano, solo conocemos a ese ser humano; sería y es un embuste indigno asegurar que los padres pegan porque recibí golpes del mío o que las madres son amantísimas porque la mía me quiso como si le hubiera nacido el hijo de Dios.

Hace unos días escuche a un enfermo que en 5 minutos utilizó en 38 ocasiones la palabra yo, en 17, mi y en 12, me, resultando que cada 4´48 segundos utilizo una de estas tres formas; así no hay manera de salvar el miedo, tanto los desgarros como los momentos luminosos quedan sofocados tras esta maraña de nudos en el tronco.

Cruzo el umbral del alma en dirección al sentido, la primera estancia es solo fría o solo luminosa, solo ruidosa o solo hedionda, es la habitación del miedo, todos la habitamos como si fuese la última, más allá solo hay desgarro sin tablas posibles.
En las profundidades de nuestra propensión al miedo se halla el mayor  encantamiento, la consciencia de nos, nuestra particular pastoral del misterio. Nada de esto hubiera sucedido si hubiere sido digamos que perro.

Salté de la habitación por la ventana, perdido por los interminables prados que iba encontrando nada había  mejorado mucho, de hecho, al miedo que ya traía se afilió la desorientación, quedando en una especie de sinvivir estremecido.
Un buen día la tierra se abrió en fallas por las que caían pesadamente todos mis universos de certezas como las aguas en Iguazú, me solté de la vida sin convicciones que me esperaba y como gota me sumé al agua que caía en cascada.
Aquí estoy ahora, destripado entre mil gotas, quitando el polvo y poniendo en pie con cuidado las imágenes profanadas e inaceptables del Amor.
Él me toma en serio, me deja sus dineros para que los administre con libertad y se va a un país lejano. Hago las cosas de una manera, pero puedo hacerlas de otro modo, si no fuera así, si no pudiera hacerlas de otro modo no existiría libertad. Estaría determinado, obligado a hacer lo que hago. Y sin libertad, excuso decir, no hay responsabilidad.

Tour de force.
No quiero ir a parar a ningún sitio.

¿Cuál es la fortuna de los hombres que antes que agotarse en generosidad ciega, se enciende?
No solo más de lo que se pueda pensar, también mejor de lo que nadie siguiendo unicornios pueda concebir.
La madre le canta una nana al niño que dice: Duerme príncipe niño que al despertar tu mama aquí
estará; y contesta el niño, anciana ya la madre, con 100 besos cada día entre sus ojos cubiertos de pálidas cortinillas.



Que cual es la riqueza de los hombres preguntaba.
Un día desnudas tus ojos delante de una mujer desnuda y todo lo que hay que saber lo aprendes por la piel; puedes imaginar vivir sin que ella hubiere nacido, así que miras al bosque y suspiras; ella, con los pies en la tierra como una cueva, fija, por primera entre las estrellas del firmamento, el norte en el norte.






Aun me pregunto cual es el tesoro entre los hombres.
Tú solo llámame por mi nombre y ahí estaré, no importa que te hayas ahogado, ningún manual de medicina certificará tu muerte sin mi permiso, entre las legendarias amistades corre de boca en boca esta leyenda, en ella estamos.

Ya recuerdo a qué viene mi tesón en preguntarme por la bolsa de los hombres, leí que la riqueza de las 20 primeras fortunas en España iguala a la de los 9.000.000 millones más pobres.
No lo creo.

domingo, 19 de enero de 2014

RANCHO EN EL BULEVAR DEL AMÉN, GAMONAL

Desocultación del ente, tal era la tarea del arte para algunos griegos en un intervalo de tiempo concreto.
No presupongáis objetividad alguna en adelante, antes considerad mi alegre alborozo por pertenecer a una sociedad viva, dinámica y permeable.

En el sitio de Viena por los turcos un panadero austriaco, aunque algunos dicen que emigrante, creó el bollo que los franceses luego elevaron a quinta esencia, el croissant, su forma inequívoca representaba la luna de los bárbaros que se desayunaban con apetito por las mañanas, ni  que decir que tuvo un éxito geométrico en la progresión de la moral de las tropas y la población civil. Otras veces ha sido un grito, una estrofa de una canción, el nombre de un mártir o un paño teñido de colores el que ha ejercido este influjo entre gentes aplastadas, pero hoy se nos ofrece un topónimo alejado de los centros de atención: Gamonal.
Europa no abandona su natural inconforme y España no se queda atrás esta vez. Somos un pueblo nuevo después de habernos sacudido unos cuantos siglos de atropellos e inmundicias, somos el pueblo que no nos dejaron ser, hemos salido airosos del ateismo social que nos inocularon y relegó a negras plañideras en camposanto, pero ahora, aunque torpes como bulldozers metidos a forenses, creemos, subsistiremos y comprenderemos, a las profundas exigencias de nuestros corazones  en su vuelta al centro asisten hoy las tecnologias.
Hasta ahora habíamos retirado el espíritu del mundo para sobrevivir, tal como el general que no comandaría una invasión sin asegurar el abastecimiento de sus tropas, hasta el mismísimo Jhvh incluyó en el plan de huida de Egipto el maná, hemos esperado el momento para no mandar nuestra luz al suicidio seguro de las sombras. Nuestro pan ácimo ya está listo, es el mismo para ambos lados de la barricada, como la razón, siempre asistente de ambos bandos en la batalla; mas para nosotros es también medicina que a veces es veneno que ayuda al organismo a superar el mal. Cuanto mayor es la dosis de veneno necesaria, tanto más grave la enfermedad.

Estamos expuestos desde siempre a ser equiparados al desorden cuando desobedecemos, luego ya no nos hace mella.

Todos los medios de comunicación les pertenecen y hasta la exclusiva de la violencia, los simpatizantes de nuestras causas que aparezcan entre sus filas responderán al error de creer que comparten oportunamente un enemigo común con nosotros, pues aun nos toman por chiquillos en el patio del colegio o lo que es peor, son imbéciles y nos tratan como sus pares.

El político, como metáfora del poder, no vendrá a defender la ética e interés de sus actos, mandará a sus hombres armados a sofocar a los que han dicho no porque han dicho sí al espíritu, digo bien, esta batalla de hoy pertenece a una guerra de espíritu, primera e inédita en la historia de la humanidad; de una parte la mediocridad de la codicia capaz por primera vez de apropiarse para sí el mundo y de otra, la creatividad en la consecución de un mundo mejor, sin reparto porque en vez de todos, no es de nadie. 

¿Os preguntaron a alguno si queríais ser el séptimo fabricante y vendedor de armas del mundo, elevando a un 20% las posibilidades de ser tullido, muerto o amputado made in spain?
¿Queremos en lo alto de nuestro pueblo a los que solo acceden a votar contra las minas antipersonas si, y solo si, se liberaliza el mercado de las bombas racimo?
Mil razones y una para responder no hace falta y sí respectivamente, pero una sola para pedir que rindan cuentas por la rentabilidad de la muerte y detener está industria infernal.




INGREDIENTES
- gamonal.
1. m. Tierra en que se crían muchos gamones. (m. Planta de la familia de las Liliáceas, cuyo cocimiento se ha empleado para combatir las enfermedades cutáneas.)
2. m. Am. Cen. y Am. Mer. cacique (De or. caribe.)
2.1. m. y f. Señor de vasallos en alguna provincia o pueblo de indios.
2.2. m. y f. Persona que en una colectividad o grupo ejerce un poder abusivo.
2.3. m. y f. coloq. Persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos.
- Legitimación de la violencia de estado por parte de su secretario de seguridad en entrevista concedida a El País el 18 de Enero de 2014, pag. 12
- Un alcalde de los que se llevan autoerigiendose en instrumento de la paz social.


Vamos allá.


Toda biografía de un ser humano es un paseo entre el amor y la muerte.
Amar es morir, si llega el caso, unos por otros y morir es dejar de amar.
Es importante el amor en esto como en todo, el amor por los que nos sucederán, pues siendo los autores de sus días no podemos dejarles en la estacada.

Codo con codo, la resistencia es individual. Aunque nos sostiene la dimensión animal, el que nos llamemos como todos nos eleva por encima de la impotencia.

El mundo tiene miedo a hacerse adulto de tan mala infancia como ha tenido, prefiere asirse a la impertinente adolescencia y seguir culpando a los otros antes que verse la viga en ojo propio. Un niño es siempre gracioso y encantador, pero en la edad en que es niño, un niño continuado es todo lo contrario a encantador. 
Pero los hombres son severos con quienes no han sabido tratarles como hombres.
Es la tendencia al aburrimiento de un mundo adolescente la razón de la incontinencia en la producción de pasatiempos.

Pan y circo decimos y creemos haber zanjado el tema, pero el pan es necesario, es nuestro alimento, no un calmante y el circo, como la poesía, se halla en la cúspide de la evolución, nos hace humanos, no esclavos.
Pero se nos muestra como algo detestable lo que todos necesitamos y está a la raíz de toda asociación, y no solo lo aprobamos, sino que lo propagamos a los cuatro vientos con cara de sagaces detectives que han descubierto la pista que todo lo aclara.
Pan y circo entonces, alimento y cultura, si no es eso lo que todos necesitamos, aunque no solo eso, sacadme del error, por favor.
Que de la necesidad de alimento hagamos pueril consumo y de la cultura pasatiempo, tan solo viene a decir en cuanto degradamos al ser humano.
No nos vale ya, desde hace varios milenios conocemos nuestra profundidad espiritual

Bulevar del Amén que fue campo de dormídos y ahora es despensa del próximo sueño, un hamatíe bien cargado de oxígeno. Su función es despertarnos.
Pasear por calles sin rostros anónimos, las mismas que antes nos eran anodinas, carentes de interés, descoloridas porque nos faltaba la unión interna personal con ellos

Las palabras tiene usos tramposos a más no poder, per se dejan una resinilla en el inconsciente colectivo que podemos usar para rebajar de antemano aquello que queremos deslegitimar. Llamar a un cuerpo represivo y armado Antidisturbios, además de la vergüenza de su misma existencia, bastardea a aquello a lo que se enfrenta, de manera que todos los agredidos, detenidos, heridos y aplastados lo son por causa vana, por un disturbio.
La razón por la que hay hombres que se enrolan en tales cuerpos es para mi un misterio oscuro, a no ser que imagine que son criados en factorías donde no hay madres, padres, hermanas y hermanos e hijos, en cuyo caso no tienen más iguales que sus compañeros de armas, pero ese es otro cantar.

Un buen guerrero admite su derrota aunque nunca cambiaría la muerte por la rendición, y esa es su victoria; nuestros hombres de gobierno no son buenos guerreros, jamás admitirán la derrota ni su falta de valor aun luchando por su dios, el dinero.

Por nuestra parte, evitaremos todo aquello que parezca menguar la realidad o el valor del hombre, no nos apostaremos ante los tiempos como marionetas, sino como personas libres y responsables. No caerá sobre ninguno de nosotros el peso de la nada si nos escondemos, caerá sobre la humanidad.

-¡Gamonal!-








viernes, 17 de enero de 2014

VERBENA DE CASAS

Hoy he tenido un sueño: que todos los niños, todas las mujeres y todos los hombres tenían una casa con sus prerrogativas de comida, cama, calor, cuidado y el tiempo vivido en ella enteramente suyo.

Sospecho que he incluido a todo hombre, mujer y niño para entrar yo en el saco, pues creo que no me vendría mal un buen manojo de recuerdos entre cuatro paredes, techo y suelo y me refiero a recuerdos añejos, no nuevos, ya que difícilmente por mis méritos podría incluírseme en la lista de espera.
Entre los 7 signos de la inmoralidad del espíritu se encuentra la exclusión social; privar a alguien de casa es excluirle en dirección contraria a la espiritualidad, es vestir a alguien de algo a la fuerza, lo que hacemos con los santos sin ir más lejos.



INGREDIENTES
- El problema, o más bien misterio, que agarra por la garganta.
- Resistir al pairo las corrientes.
- Ecología de la resistencia al mal.



Vamos allá.


Pensaba empezar mostrando unas pinceladas de los Derechos Inalcanzables Humanos, pero lo dejo para otro día, prefiero jugar un rato con mi amada y la idea de casa, ocurriéndoseme que el cuidado recíproco necesario para la lozanía de nuestros amores es el mismo para cualesquiera de los tres tomados de dos en dos.
Mi amada y yo compartimos el eje vertical; mi amada y la casa son como espejos frente a frente; la casa y yo somos de una y la misma altura.

Soy un hombre dado la vuelta, lo que me permite cenar encantado en cualquier lugar, si exceptuamos los toboganes por las ganas de hacer pis que me dan y porque es desagradable mearse en casa, lo que me recuerda el cuento del niño enamorado de la luna que aun a riesgo de que lo conozcáis y resumido a su esencia dice así:

Erase una vez un niño que se enamoró locamente de la luna. De madrugada en madrugada, medio escapado y medio consentido, se escapaba de casa para ver a su amada.
Era testigo embobado de como desnudándose se investía y vistiéndose oscura descansaba de su belleza.
Una noche cualquiera se mostró más bella que nunca envuelta en lo que parecían sedas encarnadas regalo de un pueblo de oriente pero no lo eran; tan irresistiblemente bella que por no perderla de vista ni un momento el chiquillo se orinó encima.
Colorín colorado era el fajín de la luna y de este cuento el fin.

 Nunca he sabido negociar un contrato, si descubriere la cura definitiva del cáncer y la codicia se me adueñara, vendería la patente de manera que a los 4 días estaría buscando otra cura para ganarme la vida, es decir, seguro que pierdo la negociación y soy el invitado a esta cena.
Lo mejor de la cena viene a los postres, pero antes voy al baño.
Pura poesía en el paladar escrita con llamativa pulcritud en la puerta del retrete.

Mi amor es creciente,
un bálsamo hambriento,
gacela nacida para cebo
que me libera a besos
de sus besos.
Partimos del mismo puerto,
de la misma cicatriz,
pero cada uno da sus frutos,
no nos hermana el incendio de raíz,
luego no cometemos incesto.
Si yo me hago ella,
ella se vuelve in-ella.
Ella deshace mi deseo gordiano
y yo vigilo su retaguardia.
El péndulo nos dijo sí.

Aliviada la vejiga estoy listo para los postres.
Han cambiado las luces en mi ausencia, son buenos, el paladar se afina cuando el cerebro puede retirarse confiado de los  ojos. Como si lo estuviese viendo ya, van a tener que echarme de este lugar.
No hace muchos meses intenté recordar todas las casas en que viví, perdí la cuenta al llegar a cuarenta, pero es a través de su recuerdo como desentraño mi desenraizamiento primal.
Con la infancia a cuestas universo a universo, casa a casa, sin un lugar fijo para mis soledades.
Cualquier bienestar actual no tiene antepasados, luego no soy historiador, pero tampoco soy poeta en vista de que no doy una en el blanco.

Puedo contar mis casas por secretos, cada una, en su recuerdo llevado al límite, es un secreto tan cerrado que hay que imaginar bien a fondo para evocarlo.

Decir que he vivido en 40 casas es decir que puedo caminar por 40 lugares con los ojos vendados sin tropezarme y que dispuse de otros tanto rincones a los que irme enfurruñado o escapando de los vigorosos juegos de los otros niños.

Un miedo no puede dejar de exagerar, "bien instalado en mi silla, me impregno en el sentimiento de su fuerza", justo lo que hubiera querido de un padre. Se sabe que la memoria es un mar que devuelve a los muertos cuando le place.

Recuerdo 40 casas como quien recuerda 40 muertos,  empezando por la primera, mi madre; dos palabras en ese descenso maternal de la memoria a mis entrañas: estábamos solos.

Bienaventurado quien pudo vivir sus soledades de niño.


martes, 14 de enero de 2014

HUEVOS ROTOS

Tengo más cosas rotas que enteras en el viejo baúl y desde hace un tiempo me pregunto por lo que
se puede hacer con lo roto, con los objetos que encuentras desparramados al volver a casa y no sabes o no recuerdas qué eran antes.
Intenté recomponer infructuosamente algunos de ellos en las noches ociosas de insomnio, de otros, la propia belleza de su fragmentación me ha seducido, haciéndome desistir de reordenarlos en sus posibles figuras originales.

Así pues, rejunto a continuación unos pocos fragmentos para quitármelos de encima como se quitaría de la espalda cierta araña a sus crías para comérselas, sin extrañeza alguna si el resultado es una pirafosamide o un círculo glacial.

La infancia me arrancaron a hostia sucia antes de que me rompieran los rudimentos de Dios, el mundo y su inclinación recíproca, téngase en cuenta.

Y si sale un poco largo es porque no quisiera tener que volver.



INGREDIENTES
- Criopreservar lo que se tuvo que tirar a la basura.
- Como las nubes (Job, 7,9); Como las naves (Job, 9,26); Como las sombras (Job, 14,2)
- No arrancar las amapolas del trigal.




Vamos allá.
 

No es bueno para el peregrino acumular basura ni riqueza bajo la piel, dijo un anarquista descolgado de todo gobierno con los brazos en cruz clavados a un travesaño.

Entre  los  hombres  paseo  con  collar  de ahorque, pero  cuando  abro las  alas me  doy un aire  al  perro  destripado  de  la  cuneta, descendiente  en  linea  directa  de  la  estirpe del Gran Can, aquel que corregía a sus cachorros  cuando  tropezaban  con  un  seco  y humillante "deja de hacer cosas raras".
Se me pone cara de dragón si miento y de chiste cuando digo verdad, desciendo del Gran Can.
El rechoncho burlón que, como Alicia, saca brazos y piernas por ventanas y puertas porque no me cabe en el cráneo reta a los hombres con su misma canción, ganando en el ser cuanto pierde en el hacer; en última estancia es nacido de mujer solo conocida por sus huellas y la improductibidad última, la muerte, le aguarda; victoria tras victoria está perdido de antemano. Memento mori, memento mori...es su nana preferida que dejó de cantarle la mujer de la que nació porque fue y se murió; caben en ajedrez jugadas de extraordinaria belleza cuanto más ajenas a la victoria las consideramos.

Aun lloraré de esquina en esquina esa muerte marcando el territorio como hacen los perros con la orina, que todos sepan que entran en mi tierra del llorar, que abandonen toda esperanza de volver a hacerlo.
La misma diferencia entre no tener casa y ser un mendigo se impone entre ser aquí y estar puesto aquí, entre la humildad de ser y la infinitud de hacer y quehacer.

Para ponerme a la altura de las raras florecillas que crecen en las grietas del asfalto tengo que dar un gran salto, pero para hablar con el amor me tengo que agachar.

Comparto el secreto de las mujeres calladas con los ojos perdidos.
Digamos que los malos hombres son buenos monstruos, que lo que hay que hacer está hecho si hacen llorar como hombres a los niños y que he resistido el contagio que sus mandíbulas inoculan por la yugular de los sueños rotos.

Tomar un diccionario por el libro más bello jamás escrito es como sucumbir a que un cuerpo de mujer es más bello por estar desnudo.
El propio alborozo de verse con pies y manos hace que los ríos recién brotados se relacionen con el mundo a borbotones, luego van amansando carácter, que no intenciones, hasta que al punto de aquietarse se hacen a la mar, que es el morir, luego desde el principio la cara B salta a la vista.
A nuestros ojos, en cambio, siempre estará mas lleno de muerte Auschwitz que un nacimiento.
Espero que sepáis perdonarme este necesario intento de referir lo desconocido a algo conocido, de degradar el dolor de la condición humana a dolor local; también quisiera, ya que es necesario tener a donde volver, poder regresar al infierno siempre que lo necesitare.
Y quisiera para mi la perfecta madre del huérfano.

Me atrae la luz pero no hablaré bien de ella, nunca se creerá la fidelidad que la profeso; a ella, que se llevó a la duda dejando sin hermana mayor y desamparados a paraíso e infierno; no hablaré bien de ese lado por el que caerse de la ilusión.
¡Ah!, ¡Cuánto amo estos ratos contrarios!

Para unas pocas palabras de amor una vida entera apenas da.

El amanecer es el suicidio humanitario de la noche, elegante guillotina de memoria, se olvida de día, no de noche.
Algunas mañanas tengo la sensación de ser un yo usado y la seguridad de que la realidad no me desea.
Cuando de chaval me orinaba en la cama no quería luego despertar, a esas mañanas me refiero.

Cuando enfundo las palabras parece que nunca rompí un plato, por ejemplo: en todo tiempo hubo lágrimas y risas, la primera proposición lleva implícita la segunda y a estas construcciones llamo bellezas que voy escondiendo entre las letras, por ejemplo: Erase una vez...

Conozco gente que vive de hablar del dolor, instalados bravamente en la diferencia sustancial entre vivir de cucarachas y vivir de las cucarachas.

Las fulgurantes intuiciones, como los pensamientos más obtusos, son irrepetibles.
De profesión, escribano de un místico, luego no puedo crear de la nada ni apreciar la unidad en nada.
La primera pregunta del test de acceso al puesto vacante decía más o menos así:
- Nombre al menos una prodigiosa y antinatural manifestación espiritual del suceso humano.-
Mi respuesta:
- No matar.-

Al vaivén de las tumbas, partidario cada cual de sus heroicas miserias, con una misión de futuro entre las manos, encarecer nuestros sueños, renovamos como podemos el picaresco pacto con la vida.
Una obermannada: "Yo. yo, yo; pero ¿quién eres tú para hablar siempre de ti?-- Ante el universo, nada; para mi, todo."

Mi cuerpo pide fuego, la energía sostenida de la ira para las cosas livianas en que otros ni siquiera reparan; mi alma, tiempo para desembarazarse de tanta tontuna en español con que la he cubierto.
En los pocos ratos de verdadero peligro de que he dispuesto he hecho más por mi que en el resto de mis días.
Me pareció tan grande, sobrecogedora y acongojante mi alma sobre si misma cerrada, que me resulta ahora insípida, casi monolítica, como si no se pudiera acceder a su interior porque no está hueca.

Dicen que en Molina de Aragón está nevando.

Lo único que hay es Nada que obtener, ni un agujero en que meternos hay; la vida, a despecho nuestro, es de hoja perenne, siempre a la vista y siempre expuesta.
Quien confiesa aburrimiento declara la tupidez de su cerebro, la extrema salinidad de sus mares movedizos, pero quien dice llevar una vida intensa se reconoce adicto a los pasatiempos, al horizonte máximo de su charca.
Mi ocupar espacio es un no tener sitio, apatridia interna; he sobrevivido estos años y los venideros como obedeciendo instancias superiores o como el torturado al que se mantiene en vida por el interés estratégico de su confesión. He abundado en pensamientos difíciles que no he logrado definir, que la luna se parece a la espalda de una Rosa no es verdadero ni falso, es exacto.

Los dioses han escondido lo que hace vivir a los hombres, decía Hesiodo, digno precursor de nuestro siglo.

Ahorrar ingenio y derrochar genio, poco más que añadir salvo alguna mentirijilla...y siempre la otra mejilla.

sábado, 11 de enero de 2014

CORAZÓN ENCEBOLLADO

Tras la lectura de un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal Suiza (ETH) y avalado por reputados economistas sobre los controles en red de las grandes corporaciones, en el que se reduce a 737 el número de estas que controlan el mundo.


Luchar contra enemigo con cara y número es una necesidad antigua, antaño se personalizaban dioses, elementos y enfermedades por satisfacer esta insuficiencia ante lo invisible, no hemos avanzado mucho al respecto; reducir a 737 el número de corporaciones de todos conocidas culpables de los males del mundo tiene un cierto tufillo a alivio y descargo de lo que nos toca a cada uno y no hacemos.

Damos por bueno que Sísifo no puede dejar de subir la piedra a la cima siendo que puede hacerlo cuando quiera, pero qué mayor castigo para un rebelde que desposeerle de su rebeldía.

Ni el espíritu más ingenuo y confiado puede creer que derribando a golpe de hacha estas 737 corporaciones algo en la tierra mejoraría. Siempre olvidamos al ser humano. Me pregunto inquieto cuanto tiempo estarían vacantes los sillones antes de ser ocupados por otros más despiertos, más inmunizados, como cucarachas que generación tras generación se hacen resistentes a los venenos que aplicados a nosotros supondrían el exterminio de la especie.

Ellos olvidan que como secuoyas roban sus nutrientes de la secuoya madre y nosotros no recordamos que la molicie se reproduce por complacencia y viviendo solo de pan.
Puede que en último término solo sea cuestión de conformidad, que como chiquillos que abandonan los usos que les corresponden por tamaño y edad, pasamos a confiar de manera tal en nuestra naturaleza que dejamos de retroceder ante los charcos para coger carrerilla y de barro luego hasta las cejas aun queremos la razón y la embridamos, y solo entonces quedamos conformes, enlodados en la razón.

Cuando os convirtáis no lo hagáis como los hipócritas que lo hacen en las esquinas y plazas públicas, antes bien, retiraos a vuestro cuarto y cerrad la puerta.



INGREDIENTES
- Redistribución de la riqueza, robar a los ricos y arrojar el botín a la mar.
- Nubes de no saber envolviéndolo todo.
- No culpar a lo poco bueno que nos rodea de nuestros males.




Vamos allá.



Sin patria por huir del cautiverio.

El hacha ya está a mi raíz; no soy árbol de buen fruto, mis ramas están secas, envenenadas por la savia, y está por ver que mi madera sea buena si no para el ebanista, para la chimenea.

Para el milagro que espero me bastara rozar una túnica errante, los Hombres no me lo pueden dar.
Soy extranjero en mi tierra, exiliado en mi propio hogar.

No reconozco como de los míos a los dueños de los sudores de los Hombres, de un solo insecto salen miles más valiosos que ellos, burócratas de Herodes, asaltacunas, insultantes cantamañanas que aun creen que aman, como a galácticos marines entre turbantes afganos se les distingue, burros flautistas que nos encantan.

Los reproductores de música imitan una potencia humana, la de grabar y repetir sin el mínimo vestigio de sistema digestivo en el alma.

No debo llevarme a engaño, quien triunfa es Jekyll, no Hyde; el doctor suprime los cuidados y medicinas por falta de pago mientras el Mister juega a caliente y frío con ellos y a veces los invierte de manera que lo que creemos que mata sana.



No podré dejar un mundo mejor que el que encontré al llegar.
Quien no quiera ver que en número son cada día más los desposeídos que cuente en porcentajes, siempre es más llevadero si escondemos la cuantía de la muestra.

El perro pastor no pierde nunca su rebaño porque este anda poniéndole a prueba a diario, pero nosotros no somos ni rebaño siquiera, no ponemos a prueba a los perros, nos escondemos como parásitos en las zonas velludas y templadas del confort. La pobreza es el último infierno, mucho más feroz y disuasorio que los de siglos atrás.

Soy pobre y limitado en espíritu, no puedo hacer pues ley de lo que doy por bueno, el sentido que voy hallando comparte con la verdad cierto carácter forajido a lo más.
Mi dios en el mundo ha abandonado el cuadrilátero, no es púgil ni entrenador, es aquel del que el más famoso crucificado se sintió abandonado a las puertas de la muerte.

Hay veces que lo más bello que tengo es enfermedad y dolor, y eso es lo que ofrezco, lo que me lleva a pensar que a niveles descomunales nuestra oferta de belleza sea la pobreza deshumanizante, el más bello monumento del que hemos sido capaces, 1.000 veces más hermoso que cualquier templo, palacio y castillo del material que nos plazca, palabras, notas, mármol, colores...

La salida definitiva no es buscar y hallar culpables, es bastante más extravagante, lo que le hagas a cualquier ser se lo haces a todos los seres, incluidos tus hijos, padres, esposas, esposos, hermanos y a Dios si es que tienes fe.

Bienaventurado quien mantenga su casa sin barricadas, su única casa, el corazón.




sábado, 4 de enero de 2014

HOY NO SÉ SI COMER

Amo la nube que se desborda como el Nilo anegando la tierra cual virgen desnuda, que me sopla como un Cyrano versos de amada que yo subo de grados.

Mis paisanos se paran porque les conté que la nube habla, pero nada escuchan salvo mi voz atolondrada.

Tonto de mi, me habla porque me meto entre sus vivos tules sin miedo a no volver.
Antes que ella otras cosas me hablaron, y me hablaron de ella. Pero bien cortos se quedaron diciéndome que en beldad no tiene igual y que sus caricias se beben tu sed.

Vivo en ella desde hace un tiempo, soy su paisaje nocturno y hoy me ha propuesto irme a vivir con
ella, pues según dice, cumplo los requisitos mínimos para ser su amante de horas.
Nos conocemos desde hace tiempo pero no me acostumbro a su belleza, y además lo digo, tengo flores por pensamientos que sembró ella y cada día le ofrezco una con el poema que la corta, mis manos entre las suyas son ideales para tocar un instrumento por inventar y donde me arqueo allí nunca antes llego nadie.
Me ha costado acordarme de que hay que comer,  pero me he acordado, como aquel padre que confesó que cuando le comunicaron la muerte de sus 12 hijos, por un momento, pensó en comer.



INGREDIENTES
- Solo esto.



Vamos allá.


Yo ya me he ido.










jueves, 2 de enero de 2014

KIT DE SUPERVIVENCIA ALIMENTARIA

De chiquillo me llevaban, pero nunca vi animales en la Casa de Fieras, sino adaptaciones a la cautividad.
La primera generación que nació en casa tenía más enfermedades mentales que sus progenitores, fueron deprimidos crónicos funcionales.
Construir sobre la infamia edificios para los libros y el estudio no tiene nada de meritorio.
Súbete a un monte a fundar la astronomía, averigua donde y cuando estás, y de un saltito más, en quien estás.

La vía de enmedio se confunde con la antinomia de las palabras; si fuiste ignorante y te fuiste al otro extremo llegaste al engreimiento, no a la sabiduría; de la cobardía a la temeridad, no a la valentía; de la aceleración al freno, no a la quietud.



INGREDIENTES
- Una monumental niebla.
- Tierra a la vista en los bolsillos.
- Una infusión de libertad manchando el suelo recién fregado.


Vamos allá.


Que se me perdonen los pecados.
Quise matar personas y dejé de quererlo.

He discutido con el hambre, he sido violado, me ha calado el frío; que se me perdonen los pecados.
Hacer las cosas mal o no hacerlas, no nacer o malnacer.

Soy un legítimo pasajero alrededor del sol con monos en la cabeza, una sonrisa por zanahoria y tristeza destilada en frío de una gran cosecha, soy un accidentado, un salto que no pude dar.
Si la maldad es inevitable no hay nada que perdonar, más si se puede esquivar no la justificaré, la perdonaré.
El perro que llevo dentro está enfurecido como un saco lleno de gatitos arrojado al río; quiere salir a la lluvia  y que los hombres le perdonen su esquizoafectiva deslealtad.

Pero también porto un zurrón lleno de gracias que desmigo para los voraces pajarillos, de los que estimo que coman lo que sale de mi mano, que no lo desprecien.
Tengo un corazón estúpido, que se me perdone lo que hizo creer, semillas aladas que se propagaron con el viento.



ASALTO NOCTURNO DE AÑO NUEVO A LA NEVERA

He visto mundo y ahora veo lo visto, comí mucho y ahora como poco, poco a poco los monstruos del
verbo ser van suavizando sus maneras.

Tiene guiños la vida que no se comprenden.

Corrí en dirección al fuego como todos los demás y cuando llegué vi que solo era llama, por el camino dos hijas, no mías, sino del silencio eterno del que las rescaté.
El fuego no quema, quema la llama; el fuego escoge entre los quemados, a los agobiados, a los tristes, hombre a hombre, mujer a mujer.

Tiene guiños la vida que madre mía.

Ser buena persona es una urgencia, un peldaño que hay subir.
Una noche sueñas con todos los seres de los que te has enamorado y a la noche siguiente cenas con ellos, un día sueñas como Dios y te despiertas.
Hay golpes en la vida, decía un amigo mío, que te confunden con un yunque, son golpes de minero trabajando en el más allá interno, como quien pela un huevo desde dentro.

Tiene guiños la vida que seducen.

Un yo a la virulé es la antesala a un qué y un qué en nosotros fuera de las leyes de los hombres nos arrastra, a la inmoralidad del espíritu, donde el bien y el mal no cambian con el paisaje.
Los líquidos erógenos son de combustión lenta, pues los buenos guisos se hacen a fuego lento, pero la casa de la ama de llaves loca prende como la pólvora, mas no sabemos que lo deseamos hasta que es tarde para remediarlo.

Tiene guiños la vida que no repetirá.

Y la banda sigue tocando.
Renacer de la soledad está al alcance de todos, como cualquiera podía preguntar a la esfinge.
Difícil de obtener nuestro renacimiento.
Impermanente, carente de mi mismo, propenso al sufrimiento, solo uno más en el acertijo.


Tiene guiños la vida desnortados.



Seguramente nos volveremos a encontrar y alguno haya bajado a los infiernos.
Tal vez no nos reconozcamos, así que cuidaré de mi mirada si soy yo el que baja, confiado en que tendrás tiempo de mirar a los ojos.