viernes, 22 de noviembre de 2013

BROCHETAS DE ÁNGEL CAIDO Y TRAFORO DEL FREJUS

Erase una vez una receta muy seria, como un busto de ceño adusto de Freud urdiendo sus fantásticas leyes individuales.

Es difícil saber si la receta es mala o viene de un sitio malo.

En aquellos tiempos los charlatanes resucitaban, crecían y se multiplicaban, fomentando un desequilibrio entre realidad y deseo del lado de este último que la amenaza de extinción sobre lo que se viene a hacer a la vida era tan real como la vida misma.

Una confianza ciega, de mascota, en las palabras se acrecía por días más mágica que espiritualmente, luego  resignábanse todos cuantos caian en sus hechizos a la inevitabilidad del mal.
Se componían hermosos poemas a los combates entre el amor y el odio, pero resignados.
Si la guerra lo abarcaba todo aunque nadie la quería se hacía un discurso enardecido, pero resignado.


INGREDIENTES

- The colors of the rainbow so pretty in the sky.
- Dar la bienvenida a tu casa a las lucecitas.
- Hay que estar enamorado.


Vamos allá.

En noches como esta me rodea una fuerza que llamo de Ficus Religiosa por cuanto me supera, sentado a su tronco estoy a salvo de los vientos que se me llevaban.
Puede parecer que no hago nada de lo fácil que me resulta asistir al pacto del sol cada mañana.
Ni fuerza ni valor ni paciencia demuestro huyendo de la oscuridad que en la penetrante madrugada se hace pasar por luz.

Los días en que los 100 fuegos se me agarraban al pecho se escalonaban solos y las noches sepultureras parecían no tener fin.
Batalla tras batalla perdía ganase quien ganase, como si el enemigo recuperase cada noche lo que le arrebatamos de día, sufriendo pérdidas pares en la conquista y en la defensa.
Una mañana mal dormido y desayunado hice lo que no se puede hacer, deje las lineas. Desobedecí a los mandos, traicioné a la patria, deshonré a los míos.

Y ahora más deprisa quisiera ir, como olvidado ya de donde estaba hace dos días, pero aunque la codicia tirase de las riendas no podría ir más deprisa, corro con todas mis ganas y la luz me sigue sacando ventaja.
Por ir más ligero no solo fui vaciando los bolsillos sino que me los arranque no fuera que me diere por ir llenándomelos de nubes.

Más, más, más....no es olvido en verdad, es tener ojos solo para la meta, más, más, más....
Menos, menos, menos.....si quieres llegar.

Me detuve en lo alto de un cerrillo a recuperar el aliento, proponiéndome para mis adentros que solo sería un breve solaz, "no me entretendré mucho en este patio de los callaos en que yacen las almas desafinadas del mundo."

 Había oído que allí estaban los despojos entre otros no menos proteicos de Leopardi, Chamfort e Isabel de Baviera, y hay quien dice que allí fueron desterradas la Wolf, Storni y Dickinson.

"Perecieron en el pasto desarraigado,
Nadie pudo hallar el lugar exacto."


Es buen lugar para ser desterrado y enterrado ya sea cierto el hospedaje de estos o sea mero chisme, pues no hablo de ellos sino del espíritu que me aviva en aquel lugar. Yo doy fe de que es lugar propicio para el destierro, que lo sea para el entierro presumo que sea cierto por la ausencia de todo interés que cubre como la exquisita niebla este páramo.
Aquí se urdieron combates que cambiaron el signo de la historía, una iluminación, una corta charla con Satán, un saber que nada se sabe y hasta un entierro de Dios.

Quise hace tiempo pedir un primer baile a una bella chiquilla pero pisé sus pies al acercarme y me rehuyó.

Cómo si de esta paramera fuere hijo pródigo me tiendo despreocupado; desde aquí todos los pensamientos van a dar la justicia. No comeríamos nada en pos de su dulce reino si a la seducción de sus frutos fiáramos nuestro apetito, dar lo que tienes en vez de lo que te sobra no es atractivo, no resistir al mal con violencia es despreciable para el mundo, amar ser ignorado va contra la leche materna.

Necio aun me mantuve en la fe de que la Alegría necesita de motivos más allá de mi pecho, dejé de pintar monigotes de la mano entre nubes de colores y de prendarme de la luna y de prenderme.
En que maraña más alta que un pino no me enredé que ahora que quiero venderla no vale el precio de un comino.

Pero lucido y misterioso se eleva hoy el farolillo que anuncia el festejo de no volver jamás al frente.

Sin este reseco erial maltratado por todas las estaciones no cabe llamar horizonte en libertad al paisaje.
Sin la estrecha rendija iluminada de acceso a la esperanza, sin los momentos en que aun es noche dentro y ya es día fuera, cómo seguiría sin extraviarme la senda de la amada.







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